Ahora que empezamos nuevo año puede que más de uno empiece a pensar en las escapaditas o viajes que puede realizar durante el 2015. Habréis notado que muchos conocidos y amigos han coincidido en elegir un mismo destino, pues hay una ciudad española que ha estado especialmente de moda en el año que hemos dejado atrás. Seguro que algo habrá tenido que ver que haya sido el 2014 su año, la conmemoración del IV centenario de la muerte del Greco bien lo merecía. No os habrá costado adivinar que hablo de Toledo.
Nada más llegar a la ciudad de las tres culturas, te das cuenta de la cantidad de historia que desprende su muralla, sus puentes, sus barrios, hasta su precioso valle reinado por el Tajo tiene algo que contarnos. No pretendo extenderme en esto, ni me considero experta en la temática, por ello dejo a cada cual que deje llevarse por su curiosidad.
Lo que pretendo es ahorraros el trabajo a la hora de planear vuestra estancia allí, teniendo en cuenta el tiempo de estancia, 2 días enteros. No me cabe duda que a más tiempo, más cosas para ver y más cosas que me dejaré yo en el tintero. Así que si me dejo algo imprescindible no dudéis en decírmelo, siempre será una buena excusa para volver.
Empecemos,
Una buena manera de conocer la ciudad «por encima» (por decirlo de alguna manera) y situarnos es coger el tren turístico en la Plaza Zocodover. Personalmente nunca he sido de coger este tipo de atracciones turísticas pero en Toledo ya me advirtieron que es imprescindible para conseguir la famosa panorámica de la ciudad, además a su vez te enteras de la historia de la ciudad que nunca viene mal.
Me encanta patear las ciudades y perderme. La vía principal de Toledo es la Calle Comercio. Esta lleva a la Plaza del Ayuntamiento donde encontraremos la Catedral y cerca el Barrio de la Judería. Si sois de ver iglesias, conventos, monasterios, sinagogas…este es vuestro sitio. Toda la villa está amurallada, os recomiendo pasar a pie por la Puerta de la Bisagra, la majestuosa entrada a la ciudad. Cruzar sus puentes, el de Alcántara y San Martín. El Alcazar también es un edificio impresionante que no podéis dejar pasar por alto.
Realizar una ruta turística por Toledo también es recomendable, los guías siempre manejan datos y curiosidades que difícilmente conoceríamos por nuestros propios medios. De elegir, una nocturna mejor.
Para adentrarnos en el Toledo más musulman nada mejor que regalarnos unos baños arabes con masaje relajante, recomiendo ir a la mañana para coger fuerzas para el resto del día, saldréis como nuevos de allí!
Bueno, ya va siendo hora de visitar a nuestro amigo el Greco, no os vayáis de la ciudad sin visitar su famoso cuadro «El entierro del Conde de Orgaz» en la parroquia de Santo Tomé ni la casa-museo del Greco, donde aparte de visitar algunas de sus obras y de artistas relacionados, podréis ver los adentros de un palacio renacentista de la época, propiedad del Marqués de la Vega-Inclán.
El entierro del Conde de Orgaz
Autorretrato del Greco
Casa-Museo del Greco (Toledo)
Para ir acabando, el buen comer también triunfa en la ciudad, hay infinidad de restaurantes tradicionales para los paladares que busquen la esencia manchega, yo os dejo 3 sitios que contrastan con el aire tradicional de la ciudad y donde se atisba un paso a la modernidad.
Para comer, la Malquerida de la Trinidad, nos ofrece menús express económicos y una oferta de comida sana en su carta, si probáis sus tartas estáis perdidos.
El mercado de San Agustín es un culto a la gastronomía en pleno corazón de la ciudad, selección de productos gourmet en un mismo espacio, ¿Te lo vas a perder?
Para cenar, nos movemos escasos metros y nos dirigimos al Nuevo Almacen, precioso y acogedor establecimiento. Me encantó su decoración y sus originales platos, de postre pedid tarta de queso y ya me vais diciendo…
¡No os olvidéis haceros una caja de sus míticos mazapanes en la confitería de Santo Tomé en plena plaza Zocodover!
KOKODRILA! 